Más triste que un aria de Donizetti. Más trágico que el destino de un pescao.
Me ha encantado esta animación de Carlo Vogele. La verdad, nunca pensé que el movimiento de un tenedor de madera pudiese parecerme expresivo y, sin embargo, heme aquí, compadeciendo a un pobre pescao. La música es, como no, la clave del asunto.
«Una furtiva lagrima» es, con toda seguridad, el aria más conocida de la ópera cómica «L’elisir d’amore» de Donizetti. Es probable que a muchos os suene de la película Match Point, por ejemplo. Dentro de la ópera, esta romanza para tenor figura en la octava escena del segundo acto de acto. En ella, Nemorino canta convencido del amor de Adina y reflexiona sobre una lágrima que vio en su mejilla en un momento en que él la ignoró.
El contexto original, por tanto, no es tan triste como las notas podrían sugerir. En el clímax, Nemorino canta “¡Me ama! Sí, me ama”, sobre unos agudos mucho más dolorosos. Claramente, todo cobra más sentido en las cuerdas vocales de ese pez que se extingue en la sartén.