We know what it’s like to “think a phrase”, to be mentally gripped by imagined music. When we know what’s coming in a musical excerpt, the listening becomes a motion, an enactment, it “moves” us. We are constantly in the future as we listen, such that we can seem to embody it […]. My claim is that part of what makes us feel that we’re a musical subject rather than a musical object is that we are endlessly listening ahead, such that the sounds seem almost to execute our volition, after the fact.
Elizabeth Hellmuth Margulis. On Repeat
Sólo hay dos cosas invariables en este universo. Una es la velocidad de la luz, la otra es el final de esta secuencia de notas:
Pues bien, eso que acaba de sonar en tu cabeza (solo en tu cabeza) es una expectativa. Y podría agravarse hasta la crueldad, diría, añadiendo algunas notas más (no las suficientes):
¿Qué tal?, ¿cómo te sientes? Es posible que te cueste hasta seguir leyendo sin resolver la frase. La última nota genera una anticipación tan específica y urgente del final que simplemente necesitas oírlo sonar. Esa sensación es clave para entender el placer que nos causa la música: bien saciando nuestras expectativas o bien sorprendiéndonos con alguna alternativa inesperada, los compositores son capaces de jugar con nuestras emociones y mantenernos en vilo hasta el acorde final.
Seguir leyendo en ¿Qué son las expectativas musicales? (Cuaderno de Cultura Científica)
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Los caminos de Internet son inescrutables. La verdad es que no sé como he acabado aquí. Estaba buscando…¿qué estaba buscando? Bueno, ya poco importa. A veces hay que perderse para encontrar lo inesperado. Y he de admitir que me gusta lo que escribes. Aunque no sé si en la misma frecuencia de onda (tampoco importa) octava arriba octava abajo compartimos interés por las imágenes, los sonidos y las palabras
https://neviekur.wordpress.com/joc-de-tons/