Las últimas notas de BACH

Bach tuvo una vida saludable y enormemente prolífica. A sus 65 años, con 20 hijos y un catálogo de más de 1000 composiciones a sus espaldas, su salud empezó a deteriorarse rápidamente. Había perdido mucha vista y, finalmente, las complicaciones derivadas de una (muy poco exitosa) cirugía ocular acabaron con su vida.

Pocos años antes, Bach había estado trabajando en el Contrapunto XV de una de sus obras más monumentales. Bach era muy de componer catedrales: grandes sistemas autoconsistentes cuya belleza radica, también, en su completitud. El Arte de la Fuga encaja, sin duda, dentro de esta descripción. Fue publicada en 1751, tras la muerte del compositor, y pretendía explorar todas las técnicas del contrapunto ejemplificadas sobre un único motivo musical. Toda una catedral erguida sobre una única piedra de 12 notas.

 \relative c'' { \set Staff.midiInstrument = #"church organ" \clef treble \key d \minor \time 4/4 d,2 a' | f d | cis d4 e | f2~ f8 g f e | d4 }
Tema de El Arte de la Fuga

Este hermoso sistema quedó incompleto, sin embargo. Bach nunca llegó a escribir el final de su Contrapunto XV, la última pieza de la catedral. El tercer sujeto de esta fuga comienza con un sencillo motivo de cuatro notas: si bemol, la, do, si natural; cuatro sonidos sinuosos que en notación germánica se corresponden con las letras B A C H. El motivo suena casi íntimo tras la explosión al final del desarrollo del 2º sujeto. Pero, poco después de enunciarlo, la partitura se termina abruptamente, el compás 239 a medio rellenar. Sobre el manuscrito, una nota de su hijo, Carl Philippe Emanuel Bach, intenta aclarar semejante desenlace:

Sobre esta fuga, en el punto donde introduce el tema BACH en el contrasujeto, el compositor murió.

El mensaje es apócrifo. La firma no figura en el contrasujeto sino en el sujeto de la fuga. Pero, sobre todo, es imposible que Bach lo escribiese en su lecho de muerte: esta partitura está escrita de su propio puño y letra y, en sus últimos años, su vista y su salud habían empeorado demasiado como para permitirle escribir.

Con todo, la poesía de esta historia resiste. B A C H: tras millones de notas, estas fueron de las últimas que salieron de su pluma…

La peculiar firma fue retomada, no obstante, por otros. Por muchos otros. A partir de mediados del siglo XIX, con la recuperación de la obra de Bach y su creciente popularidad, muchos compositores quisieron rendirle homenaje… y qué mejor manera de hacerlo que cantando su nombre en alguna de sus composiciones. Hoy podemos escuchar B A C H en una fuga de Liszt, en una de Brahms, en unas variaciones de Rimsky-Korsakov, un vals de Poulenc, una Fantasía de Busoni… y cientos de obras más hasta nuestros días.

Decía Terry Pratchett que “nadie ha muerto del todo hasta que mueren las ondulaciones que ha provocado en este mundo”. Bach, sin duda, dejó un tsunami tras de sí. Pero, desde otro punto de vista, molesta pensar que nunca tuvo su última palabra. Como estos aplausos que irrumpen, al final de un concierto, sin dejar que el sonido se extinga, sin dar espacio a lo que se acaba de decir… ¿qué hace toda esta saga de compositores coreando un nombre que no es el suyo, ante una tumba más grande de lo que la suya propia jamás será?, ¿quiénes son ellos para terminar de escribir B A C H?


PS. Más historias sobre la última obra que escribieron distintos compositores en este artículo de Jan Swafford, en Slate.

Update 10/11/2019. Una cita de Douglas R. Hofstadter en “Gödel, Escher Bach” sobre estas últimas notas.

“[Bach] convirtió sutilmente esa melodía en una de sus piezas musicales más elaboradas, a saber, el “Contrapunctus” final en su Arte de la Fuga. Fue la última fuga que Bach escribió. Cuando la escuché por primera vez no tenía idea de cómo terminaría. Súbitamente, sin aviso, terminó. Y entonces… silencio mortal. Es un momento indescriptiblemente triste y el efecto que tuvo en mí fue —estremecedor. En todo caso, B-A-C-H es el último tema de esa fuga. Está escondido dentro de la pieza. Bach no lo señaló explícitamente, pero si Ud. lo sabe, lo puede hallar sin problema. Ah —hay tantas maneras inteligentes de ocultar cosas en la música…

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